Fuente: El Economista
A pocos días de terminar el año, es oportuno hacer un recuento de los acontecimientos más relevantes que impactaron a los mercados de deuda en la región de Latinoamérica.
Durante el año existieron choques globales, divergencias económicas entre los países de la región y acontecimientos focalizados que mejoraron, o incluso, empeoraron el sentir de los inversionistas hacia ciertos países.
Algunos de los acontecimientos más importantes en la región fueron la aprobación de las reformas estructurales en México, lo que ocasionó un sentimiento positivo en los inversionistas, haciendo alusión a que finalmente estaba ocurriendo un cambio de fondo en el país.
Por otra parte, en Brasil el Mundial de futbol no fue lo que definió el destino de los mercados financieros, sino las elecciones presidenciales, en las que la actual mandataria, Dilma Rousseff, logró reelegirse a pesar del descontento y desconfianza de los inversionistas, lo que ocasionó un duro castigo a los mercados financieros brasileños posterior a su reelección.
En Perú, la falta de reformas estructurales y la baja en el precio de los metales impulsaron el anunció de paquetes económicos para contrarrestar la desaceleración.
Chile, por su parte, se vio impactado por una fuerte depreciación cambiaria, mientras que en términos de reformas estructurales, el nuevo gobierno presentó una nueva reforma tributaria.
En Colombia, las mejores condiciones hicieron que se anunciara un incremento en la ponderación de la deuda colombiana en índices globales, mientras que para finales del año la caída en el precio del petróleo afectó las perspectivas, haciendo que el peso colombiano se depreciara cerca de 20% en el año.
Impactos en otras regiones
En el ámbito global, el 2014 inició con fuertes dudas acerca de la recuperación económica en Estados Unidos a causa de los fuertes eventos climáticos que frenaron el dinamismo de la economía.
Por otra parte, el conflicto de Rusia y Ucrania avivó el efecto de aversión al riesgo, mientras que el miedo a la deflación en Europa y un menor crecimiento global ocasionaron que se implementaran diversos estímulos y políticas contracíclicas que apoyaron la liquidez global. Aunado a lo anterior, hacia finales del año vimos un fortalecimiento del dólar frente a todas las monedas de Latinoamérica, generado -entre otras cosas- por mejores perspectivas macroeconómicas en Estados Unidos y por una fuerte caída en el precio del petróleo y metales.
Finalmente, es importante referir que pese a que la mayoría de los inversionistas pronosticaban para este año movimientos al alza en los niveles de tasas de interés, los efectos antes descritos dieron un movimiento contrario.
Hasta el momento de escribir este artículo, el bono de 10 años de Estados Unidos presenta una baja de 90 puntos base (pbs) en el año, llevando la tasa a 2.13 por ciento.
Por su parte, las tasas de interés de la deuda externa de algunos países latinoamericanos también se han contraído en el año, aunque en menor manera, con Brasil bajando 33pbs (4.17%), México 51pbs (3.60%), Chile 78pbs (2.91%), Colombia 58pbs (3.85%) y Perú 65pbs (3.78 por ciento).
*El autor es VP de Gestión de Renta Fija en BBVA Bancomer.