Guanajuato, Gto.- A un mes de que reabrieran el museo de las momias empieza a repuntar en su número de visitantes, tanto nacionales como extranjeros.
A lo largo de la pandemia, el Museo de las Momias dejó de percibir importante cantidad de ingresos que afectan al municipio ya que después del impuesto predial después la segunda fuente de ingresos al municipio es este emblemático lugar.
De ahí la importancia de cuidar esta fuente que da empleo a 14 trabajadores por lo que están sujetos a una serie de protocolos sanitarios para trabajar.
Los horarios son de 9:30 am a 6 de la tarde, para ingresar al recinto se tienen que seguir ciertas medidas de prevención sanitarias como, pasar por un arco sanitizante que está en el inicio, en seguida le toman la temperatura al visitante, se ofrece gel, se debe pasar por un tapete que desinfecta el calzado, pasas a taquilla a comprar tu boleto, para ingresar sólo se permite el ingreso de 4 a 5 personas por sala, todo mundo tiene que traer cubrebocas y si se detecta alguien con alta temperatura, se lama a las autoridades de salud.
El Museo de las Momias de Guanajuato es el segundo museo con más afluencia en México después del Museo de Antropología e Historia que se encuentra en la ciudad de México.
Algo de la historia de este museo; En septiembre de 1853 fue colocada la primera piedra del Panteón Municipal. Ubicado en la falda del Cerro Trozado, el predio fue donado por “El Güero” Victoriano con la condición de que el Panteón llevara el nombre de su madre. Sin embargo, el 5 de octubre de ese año el Párroco de Marfil se opuso ante el Ayuntamiento, por hallarse dentro de su Curato el terreno donde se ha comenzado a edificar, y manifestándose deferente a que la obra continúe, siempre que su Parroquia goce de la mitad de los derechos de las inhumaciones. El 8 de mayo de 1856, por gestiones del propio Ayuntamiento, el Obispo Munguía mandó modificar los linderos de las Parroquias del centro y de Marfil para que el Panteón quedara comprendido en el territorio de la primera.
El Panteón Municipal de Santa Paula fue inaugurado el 13 de marzo de 1861. Fue amurallado y ubicado en la orilla de la ciudad, de acuerdo con la vanguardia parisina de la época para construcciones funerarias y con el Decreto por el que se declara que cesa toda intervención del clero en los cementerios y camposantos, emitido el 31 de julio de 1859 por el Lic. Benito Juárez, entonces Presidente de la República. A finales de diciembre de ese año, al destruir el antiguo cementerio del Templo de San Roque se encontraron en él una multitud de osamentas que pertenecieron a las víctimas de la Toma de la Alhóndiga de Granaditas ocurrida el 28 de septiembre de 1810. Estos restos fueron conducidos al Panteón, y hubo la circunstancia curiosa de que entre las mandíbulas de una calavera se encontraron monedas por valor de tres reales y medio (Marmolejo, 1914).