Por: Priscila Sánchez Una de las situaciones alarmantes para los afiliados a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción es el alto porcentaje de rotación de empresas del sector que entran y salen cada año de ella. Un 20% de los agremiados, indicó Guillermo Ramos Mena, presidente de la Delegación Guanajuato de CMIC, se encuentran en esta situación debido a la descapitalización que provoca el pagar fianzas de una asignación de obra directa de una dependencia. “Cuando hay una asignación directa de obra, la dependencia contratante hizo un análisis previo de la empresa a asignar la obra y no se necesita que se le garantice el cumplimiento de un contrato con una fianza que difícilmente puede ser recuperable y cuando dos semanas después del arranque de obra todas las empresas que se dedican a la obra pública tienen ejercido más del 10% del presupuesto de obra” Esta situación dijo, no les permite una estructuración de la empresa, una permanencia en el mercado y mejorar el ingreso para sus trabajadores. “Ahora la Ley de Obra Pública -y no estamos en contra de eso- nos pide capacitación, especialización, certificación en procesos de calidad, cumplimiento de obligaciones laborales, cumplimiento con la normatividad de medio ambiente. Buscamos poder darle a las empresas los elementos necesarios para poder cumplir con eso.” Indicó que la mayoría de los socios dependen en un 75 a 80% de la obra pública, por tal motivo el presidente de CMIC insiste en que vayan a la obra privada, pues tan solo el año pasado la pública fue menor en el monto de inversión que en obra privada. “Si tenemos en la obra privada parte de la solución a la problemática de los ingresos tenemos que voltear a ver hacia allá.” El motivo por el cual las empresas huyen de la obra privada, mencionó, es que no están preparadas en términos de cumplir con los requisitos de los inversionistas privados procesos de certificación de calidad, el financiamiento y la especialidad y permanencia en el mercado. “Las empresas no están preparadas en términos de cumplir con los requisitos de los inversionistas privados procesos de certificación de calidad. Eses uno de los obstáculos, otro es el financiamiento, las empresas no tienen recursos financieros, no tienen liquidez suficiente para poder entrar al esquema de obra privada donde los anticipos son del 20% y están descapitalizados. El último es la parte de la especialidad y permanencia del mercado, los inversionistas buscan empresas sólidas que tengan permanencia probada en el mercado para no correr el riesgo de desaparecer o quiebres.” A pesar de esta situación, Ramos Mena expresó que en CMIC cuentan con un convenio con la Secretaría de Desarrollo Económico a través del cual apoyan directamente a las empresas socias de cámaras de construcción “De entrada estos 100 mil pesos (que cuesta una certificación) los reducimos a 60 mil porque llevamos varias empresas
al proceso y junto con esto estamos viendo el apoyo de la secretaría para obtener 20 mil pesos de apoyo directo en cada una delas empresas de forma que ven una reducción del 60% en el costo del proceso de certificación.” Hasta inicios de este año poco más de cien socios cuentan con una certificación para poder ofrecer sus servicios a la obra privada.